En la entrada de hoy no vamos a descubrir nada pero pensamos que puede ser útil que hablemos esquemáticamente de los alimentos, fuentes de energía y sus beneficios para nuestro metabolismo. Así pues, nos vamos a fijar a un nivel molecular. Sin entrar en detalles sobre el metabolismo, hay que puntualizar que nuestras células obtienen energía de varias vías metabólicas y el proceso aunque sea por vías diferentes, se llama respiración celular. Podemos obtener energía de los glúcidos, los lípidos y de las proteínas. Durante la digestión, el organismo descompone los alimentos en moléculas. Estas, en el intestino se absorben y pasan a la sangre y a través del riego sanguíneo hasta las células. En las células se obtiene la energía gracias a las enzimas y un compuesto llamado ATP que inicia la reacción de la respiración.
Los GLÚCIDOS, que coloquialmente llamamos azúcares o hidratos de carbono, proporcionan hasta un 60% de las necesidades energéticas diarias. La molécula más simple es la glucosa y esta se almacenan en el hígado, los músculos y la sangre en forma de glucógeno. Los hidratos de carbo pueden clasificarse en dos tipos:
1) Simples y de absorción rápida. Son los que nos proporcionan energía inmediata. Este tipo de glúcidos podemos encontrarlos en chocolate, barritas energéticas, fruta, azúcar, frutos secos, etc. Son muy útiles para superar los "bajones" ya que su absorción es muy rápida.
2) Complejos o de absorción lenta. Son más lentos de descomponer ya que están compuestos de estructuras carbónicas muy largas. Proporcionan energía durante más tiempo y son muy necesarios para nuestra alimentación. Estamos hablando de: pasta, legumbres, cereales, patatas, arroz, pan, etc. De aquí que los deportistas tengan dietas tan ricas en hidratos de carbono y que los tomen en alguna porción de las comidas que hacen.
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| Hidratos de carbono complejos. Fuente: Mamirecetas.com |
En la siguiente entrada hablaremos de las grasas.
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